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Historia de un bombardeo de árboles


Todo comienza en marzo de 2015 cuando se lanzó la convocatoria Palace para Todos. Dentro de esta, Más urbano presentó la propuesta: Bombardeo de Árboles. La idea consistía, en un principio, en disponer algunos árboles dentro de canecas recicladas, al lado y lado de la Avenida Palacé; sin embargo, no se pudo realizar en dicho momento por múltiples motivos. Pese a todo, nos quedaron las ganas de llevarla a cabo en algún momento sabiamos que era necesario para nuestra ciudad.



Y fue así que a raíz de la emergencia ambiental declarada por el Área Metropolitana, y de las innumerables movilizaciones ciudadanas, se indicó entre los habitantes de Medellín la necesidad de incrementar el número de árboles en la ciudad. Entonces, aprovechando la situación reactivamos esta idea del Bombardeo de Árboles. En segudia, invitamos a diferentes amigos, entre ellos al Club Ford Fiesta quienes al igual que nosotros tenían muchas ganas de poner más árboles en la ciudad, y nos pusimos todos en la tarea de hacer realidad este proyecto.


Por supuesto, lo primero era obtener algunos recursos para comprar las materas, la tierra y los árboles. Los integrantes del Club Ford Fiesta convencieron a El Roble Motor Ford, quien nos ayudó con recursos y con muchos barriles metálicos que les sobraban. Nosotros acudimos a amigos y conocidos para que donaran un árbol a la ciudad; cada árbol tenía un costo de $20.000. (Decidimos como agradecimiento fijar sus nombres en cada árbol).


Luego, después de preguntar a varias personas de la Alcaldía de Medellín y del Área Metropolitana sobre los permisos necesarios para realizar la intervención, el Ingeniero de la Secretaría de Infraestructura Gabriel Maya se apersonó de la intervención y convocó al Jardín Botánico de Medellín para que nos ayudara a hacer realidad esta idea.


Una semana antes de la intervención realizamos una visita a los comerciantes de la zona para que juntos, y con la Alcaldía de Medellín, encontráramos la mejor ubicación para los árboles. Muchas cosas se tuvieron en cuenta: que no fueran un obstáculo para la gente que se desplaza por la calle, que el árbol no quedara muy escondido, que recibieran sol y agua, que no se interrumpiera ningún acceso, entre otros.


Mientras se definía el lugar para su ubicación, fue necesario preparar los barriles para recibir los árboles. Debimos cortar, perforar y lavar cada barril, una ardua labor que nos costó muchas trasnochadas, heridas y cansancio físico.




La intervención


Hasta que por fin llegó el día. Dentro de la carrera Palacé se delimitó entre las calles 31 y 37 (Avenida 33) el lugar de la intervención. Además, escogimos el sábado 27 de Mayo, un sábado antes de un lunes festivo, para que tener dos días sin mucho tráfico y así minimizar los inconvenientes que se pudieran presentar. Debemos confesar que por ser la primera vez que algo así se hacía en la ciudad, teníamos mucho miedo de lo que pudiera surgir durante la intervención.


Ese sábado llegamos muy temprano, a las 6:30 de la mañana, al igual que el camión que transportó los barriles desde Belén hasta Palacé. A las 7:30 llegaron los árboles y los amigos del Jardín Botánico, personas maravillosas que de lejos se les nota como aman su trabajo y como guardan cada árbol en su corazón. Empezamos a ubicarlos de una manera ordenada. El sol ese día nos acompañó y supervisó toda la intervención.




La Siembra


Luego de ubicar los barriles, la tierra y los árboles comenzamos la siembra. Los jardineros del Jardín Botánico nos enseñaron como debíamos plantarlos. Primero una capa de “chipriao”, luego una tierra bien buena, algo de retenedor de humedad y una tacita de “alimento concentrao”. El cuello del árbol debe quedar descubierto, incluso por encima del material orgánico que se pone encima, después yuxtaponemos una guía para que el árbol crezca derecho y ¡listo! (Perdonarán el poco rigor técnico en la explicación).




A las 10:00 de la mañana tomamos un pequeño refrigerio que nos preparó Natalia Londoño (deberían probar sus postres, creo que no hay nada igual). Un sándwich, un brownie, un jugo y un poco de agua.


A medio día ya habíamos terminado de sembrar, y aunque debíamos poner los logos en los barriles, estábamos bastante cansados, así que no lo hicimos y entre todos tomamos la decisión de volver al día siguiente.


El domingo 28, a eso de las 5:00 de la tarde, volvimos a Palacé y pintamos los logos de todos los amigos que nos ayudaron: Club Ford Fiesta, el Roble Motor, el Jardín Botánico y la Alcaldía de Medellín, y por supuesto también nuestro logo de Más Urbano. Realizamos una inspección rápida a cada uno de los árboles, es increíble cómo la gente se apropió de ellos, les echaron agua, les quitaban la basura de encima, los rodeaban.




El lunes 29 volvimos, esta vez para regarlos. Fue una gran sorpresa ver que a varios de ellos ya les habían echado agua, pero aun así les repartimos su dosis a cada uno.


La experiencia aún no se acaba, este resto de mes pasaremos todos los días por ahí y estaremos muy pendientes de su evolución, hasta que deban irse a su lugar definitivo.




Muchas Gracias a todos, por las ideas, por el ánimo, por sus manos y espaldas. Estamos muy satisfechos y esperamos que esto se repita muchas veces más.


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