San Benito: Redescubriendo el Corazón Histórico y el Potencial Urbano de Medellín
- Más Urbano

- 6 ago
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Solo por un acto de nostalgia, de una Medellín que no vivimos, nos pusimos a la tarea de entender y conocer uno de los barrios más antiguos de la ciudad. Un barrio limitado por las dos fuentes principales de agua de la Villa de la Candelaria, el río Medellín y la quebrada Santa Elena. Precisamente, en este punto, se encuentra este barrio sin descubrir.
San Benito hoy está conformado por solo 32 Manzanas, pero en ellas hay sitios tan diversos, como centros comerciales; instituciones educativas y religiosas, como la Universidad Autónoma Latinoamericana, la Universidad de San Buenaventura, el SENA, la Corporación Escuela Nacional Sindical, colegios como Combos y Viviendo Juntos, la Institución Educativa San Benito, el convento Siervas del Santísimo o la iglesia de San Benito, que data del 1678 y es una de las primeras iglesias de Medellín; entidades estatales, como el Ministerio de Trabajo, Regional Antioquia, Empresas Públicas de Medellín y la Procuraduría Regional de Antioquia; otros sitios dedicados al comercio y a la industria, como la Plaza Minorista, industrias del mueble, talabartería, comercio al por menor, reciclaje; y, finalmente, construcciones grandes y pequeñas del Medellín de otra época.
En este barrio se puede recorrer la historia de Medellín en sus fachadas, desde las coloniales de muros de tapia, pasando por las republicanas en concreto de elaborados adornos, la arquitectura moderna de los grandes edificios comerciales y de la época de la industria de Medellín, hasta las edificaciones contemporáneos con sus fachadas sinuosas, con mucho metal y vidrio, que contrastan y hacen aún más llamativas las construcciones emblemáticas, como las iglesias o el Museo de Antioquia que, aunque no está en el barrio, si puede verse desde allí.
La modernidad se llevó consigo este barrio y lo convirtió en el patio trasero del pujante centro de Medellín, aislándolo de la vida urbana, al quedar resguardado entre desgastadas fachadas, parques y calles de una escondida belleza, a la
espera de alguien que lo descubra y lo haga famoso.

En este barrio sobresale la siempre abandonada Plazuela Zea, que nació como un espacio residual de la rectificación de la quebrada, que marco su origen y destino. Aunque se han hecho dos intentos por recuperarla y resignificarla, la primera el 20 de julio de 1936, con la imposición de la escultura de Zea, acompañada de dos mujeres que representan el pueblo y la ciencia, la segunda en 2019, con nuevos intentos de paisajismo, mobiliario y nuevos pisos, estas, finalmente, no fueron exitosas. La realidad es que, por sus dinámicas, el deterioro es rápido y continuado. Las intervenciones no pueden ser solo de pico y pala y con la siembra de algunos árboles, esto solo se logra si se recupera la vida que la anime, con sus habitantes y visitantes, con intervención urbana, pero también con planes y tácticas.
Otro de los lugares emblemáticos del barrio San Benito es la calle Boyacá. Actualmente esta calle está casi totalmente peatonalizada, desde el SENA hasta Junín pasando por el parque Berrio. Esta calle fue una de las más importantes de la Villa, pues conectaba la vieja Medellín con Robledo y de ahí a la vía al mar. Hoy es una calle comercial, con presencia de locales de baldosas y materiales de construcción, de muebles e instituciones educativas para la primera infancia.
El barrio ha sufrido al ser separado de la ciudad por múltiples proyectos viales, como son: el puente de Colombia, la avenida ferrocarril o la Avenida La Playa. Esto no ha hecho sino empeorar con la aparición del deprimido del Metroplús sobre la Avenida Ferrocarril que, increíblemente siendo a nivel, necesitó de puentes peatonales y barreras físicas, que terminaron por desconectar a los peatones aún más de este barrio. Aún, así, miles de personas lo visitan diariamente, pero su ingreso es difícil y lo acompaña una muy mala percepción.
El nombre de “El Bronx”, dado recientemente a este barrio, no ha hecho sino empeorar las cosas, por su referencia a uno de los lugares más peligrosos de la capital, en el que sucedían eventos horribles, difundidos ampliamente por la prensa nacional. Esto ha creado un imaginario peor de lo que es realmente, pues, aunque no ignoramos la presencia de prostitución, mendicidad, venta de drogas, riñas y robos en el lugar, esto sucede y está concentrado en solo un par de calles. La otras, la gran mayoría de calles, son arboladas, limpias y están en buen estado. Quizás, el más grande problema surge con su cercanía a la Plaza Minorista, pues con ella llegan muchísimos vehículos de carga, que ocupan las calles de manera indiscriminada, las llenan de ruido, contaminación y deterioran sus calles y andenes.
San Benito tiene un altísimo potencial de renovación, la presencia de estudiantes, de unos pocos habitantes que quedan y de unos comerciantes implicados con el entorno constituyen las bases para las mejoras. El barrio debe poder reconocer su vocación, compartirla y aprovechar la llegada de algunos turistas que, tal vez atraídos por fotos y videos de redes, se animan a entrar en el barrio.

Desde Más Urbano, con el proyecto ZUMA, llevamos 3 meses recorriendo sus calles, entendiendo sus problemas y conociendo a sus habitantes. Esto con la intención de construir un plan a largo plazo, que permita hacer intervenciones urbanas y mejorar la percepción del barrio, para que las personas vuelvan a disfrutar de los innumerables espacios públicos que tiene este barrio, que ha sido testigo de todas las facetas de la historia de Medellín.
Este año esperamos poder mostrarles y compartir con todos el plan y la estrategia, mientras tanto les dejamos algunos sitios de la Web para que puedan conocer y contemplar el barrio desde otros ojos.




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